Danzas Polinesias
Estas danzas requieren de una preparación del cuerpo para lograr un suave balanceo de caderas y manos. Las dos principales danzas que conforman las danzas polinesias son el hawaiano y el tahitiano.
La danza tradicional de Hawai, surge como una forma de ofrenda de carácter religioso. Generalmente los movimientos del hawaiano representan leyendas, hazañas de la realeza en el pasado, la belleza de la naturaleza o sucesos de la vida cotidiana. Este baile busca ser suave, seductor y cadencioso, transmitiendo con la ayuda de la mirada y las manos, una historia. Se suele utilizar pareos de diferentes tamaños para bailarlo, con colores vivos, junto con collares y pulseras de flores. Algunos pasos básicos son los siguientes:
Kaholo – desplazamiento hacia los lados al mismo tiempo en que se mueve la cadera
Ami – movimiento de cadera en círculos
Lele – movimiento de cadera hacia la izquierda y derecha
Hela – estirar una pierna hacia el frente cuando la otra se encuentra levemente flexionada
Kalakaua – giros con desplazamientos
El tahitiano se origina en la isla de Tahití. Generalmente se baila con falda de rafia con adornos en el cabello, cuello y muñecas. Existen dos tipos principales:
El ote’a que surge como una danza de guerra, interpretada únicamente en sus orígenes por hombres, se utilizan movimientos marcados por la cadera e instrumentos de percusión. Dentro de esta categoría están el ote’a tana, bailada sólo por hombres, el ote’a vahine, interpretada por las mujeres y por último el ote’a amui por hombres y mujeres.
El segundo tipo es la aparima, una danza sumamente expresiva de ritmos suaves, donde también se busca contar una historia ayudándose de los movimientos lentos de las manos y gestos definidos.
Tanto hombres como mujeres pueden bailar alguna de las danzas polinesias, únicamente con la diferencia de que el hombre le da un toque más fuerte y energético.
Por Daga