Los Falsificadores
(Die fälscher)
Por Esperanza
Sorowitsch parece tenerlo todo: mujeres, dinero, amigos… gracias a su inigualable talento de falsificar dinero. Muchas veces le han intentado aprehender por este acto, pero al final resulta capturado por algo muy ajeno a su ilegal ocupación: el nombre completo de Sorowitsch es Salomón, estamos en la época nazi; ergo, Sorowitsch es llevado a un campo de concentración.
Ganadora del Oscar como Mejor Película Extranjera, no hay que dejarse llevar por la apariencia de “típica película nazi”. No es una película más sobre el Holocausto. Claro, hay brazos tatuados con cifras imborrables, uniformes percudidos, rostros angulosos y Auschwitz e
mencionada, pero la diferencia está en el ambiente donde se desarrollan los personajes.
Conociendo de su “talento”, los nazis proponen a Sorowitsch y a otro grupo de judíos hábiles, cierto tipo de privilegios a cambio de que trabajen para ellos falsificando dinero de las naciones enemigas. ¿La muerte o trabajar para los nazis? Ellos optaron por la segunda.
Llega un momento clave en la película, cuando a los falsificadores se les encarga una tarea que pudo haber llevado a los nazis a ganar la guerra: la Operación Bernhard, falsificar dólares. Parece un trabajo fácil y todo hubiese resultado si entre los judíos del grupo no hubiese habido uno, que resentido por el asesinato de su esposa en Auschwitz, se negase a colaborar retrasando la misión. Las discusiones entre Salomón Sorowitsch (Kart Markovics) y el judío mencionado, Adolf Burger (August Dile), tratan de llegar a un acuerdo: autoboicotearse o salvar el pellejo.
De este modo el director, Stefan Ruzowitzky, no se concentra sólo en el Holocausto o en cómo estos judíos colaboraron en la derrota nazi, sino en la moral de los personajes, sus razones y argumentos para hacer o dejar de hacer lo que una situación les exige. Por un lado, Burger es pieza clave en la falsificación pero considera ayudar a los nazis como una traición a los judíos; Sorowitsch piensa en salvar su pellejo y el de los demás, ¿qué es más válido en una situación así?