José Vasconcelos
Por mi raza hablará el espíritu
Por Esperanza
Cuando la Revolución Mexicana degeneró en gobierno (como todas las Revoluciones) se tenían buenas intenciones. Una de ellas era la reconstrucción del país. Mientras la mayoría de los altos mandos creían que lograrían levantar al país industrializándolo y modernizándolo, sólo una persona se dio cuenta de que lo único que puede hacer que un país avance es la educación. Se trataba de un abogado proveniente de Oaxaca (México): José Vasconcelos.
Éste había formado parte de un grupo de filósofos, humanistas y escritores llamado el Ateneo de la Juventud pero se había desterrado a Europa, Sudamérica y Estados Unidos por estar en desacuerdo con el gobierno posrevolucionario. Cuando cayó su odiado régimen regresó dispuesto a unirse a la reconstrucción del país con un proyecto casi mesiánico para el país.
Como rector de la Universidad Nacional (actualmente UNAM) inventa el lema Por mi raza hablará el espíritu. Antes había sido director de la Escuela Nacional Preparatoria, después asciende a Jefe del Departamento Universitario y de Bellas Artes. En 1921 es nombrado Titular de la Secretaría de Educación Pública.
Entre sus acciones resaltan: llevar a los pueblos y rancherías material didáctico y de lectura para que aquellos que ya sabían leer no perdieran la costumbre y para que aquellos que no sabían empezaran a hacerlo. Se podría decir entonces que impulsó la educación popular, reorganizó la Biblioteca Nacional, trajo a México educadores y artistas destacados, promovió las visiones culturales y patrocinó el Movimiento Muralista, poniendo a disposición varios edificios públicos para que en ellos se plasmaran las ideas nacionalistas de la Revolución Mexicana.
Sin embargo, Vasconcelos no hubiese podido lograr esto sin el apoyo de diversos intelectuales y artistas. Daniel Cosío Villegas, uno de los escuderos intelectuales de Vasconcelos en aquella cruzada de la cultura y la educación, escribiría mucho tiempo después, con nostalgia:
Entonces sí había interés por educar al pueblo, por sacarlo de la ignorancia. Hubo un ambiente casi evangélico para enseñar a leer y escribir al prójimo; entonces sí se sentía, en el pecho y en el corazón de cada mexicano, que la acción educadora era tan apremiante y tan cristiana como saciar la sed y matar el hambre. (…) Entonces se sentía fe en el libro, y en el libro de calidad perenne; y los libros se imprimieron a millares y por millares se obsequiaron. (…) Entonces el teatro fue popular, de libre sátira política, pero, sobre todo, espejo de costumbres, de vicios, de virtudes y de aspiraciones.
No conforme con haber creado toda una revolución cultural, Vasconcelos comienza a interesarse en la política y empieza a hacer campaña con sus “batallones” de estudiantes universitarios y la simpatía de la clase media, intelectuales y obreros. Intentaba abrirle paso a una democracia pura. En su campaña apostó el todo por el todo.
Sin embargo, los opositores empezaron a dejar caer sobre los vasconcelistas los primeros golpes represivos, por ejemplo: “no se gobierna a un país con enseñanza literaria… el PNR (Partido opositor) no distribuye La Iliada…sino 35 millones de hectáreas”; llovieron insultos contra “el pedante” Vasconcelos y los “intelectuales, homosexuales, burgueses, estudiantes, feministas y fanáticos” que lo acompañaban. Pronto los hechos reemplazaron a las palabras: boicots, disolución de mítines por la fuerza, atentados y, finalmente, asesinados.
Finalmente pierde unas elecciones que de haber sido limpias le hubiese otorgado el triunfo. Decepcionado de un pueblo que no había defendido su voto, salió a un largo y doloroso exilio. Regresa en 1940 y muere en la Ciudad de México el año de 1959, a los setenta y siete años.
Vasconcelos es un ejemplo para todos los dirigentes que tienen el poder de cambiar y organizar a un país. Personalmente creo que al pueblo lo tienen jodido (con el perdón de la palabra) dos cosas: el gobierno y la ignorancia. Quizá contra lo primero sea más difícil luchar pero lo segundo puede y debe ser exterminado.
No sé muy bien cómo sea la situación educativa en otros países pero creo que el legado y ejemplo de Vasconcelos es universal.