Ocuparse del nacionalsocialismo en pocas líneas y tener la pretensión de abarcarlo todo, de no olvidarse nada de sus matices internos y de sus realizaciones, proponerse la comprensión de su significado a partir de algunas obras, tal no podría ser la ambición de una simple redacción. Me he limitado, y no he querido abundar en la persona de Hitler con su cortejo de declaraciones y decisiones; y me he avocado, en gran parte al nazismo.
Primero penetraremos en una Alemania diferente a la conocemos hoy, esa misma que dio pie al surgimiento del Nacionalsocialismo, o mejor conocido como nazismo.
Así, arribamos a 1918, año en que termina la Primera Guerra Mundial; encontraremos a un pueblo alemán que se enfrenta a ala derrota y humillación: producto de la pérdida del 10% de su territorio, el pago de indemnizaciones y la reducción de sus efectivos. Alemania se encuentra en un caos político, económico y social.
La anarquía moral y el caos económico hicieron todo lo posible por engendrar la amargura y el resentimiento de la población, todo para sabotear al gobierno verdaderamente democrático; que lleva por nombre República de Weimar, éste con pocas oportunidades se enfrenta al caos, la inflación, el desempleo y la devaluación de la moneda, cuestiones que no puede solucionar y que significan la desmoralización total de la población.
El pueblo alemán pedía un führer, un salvador que rompiera las cadenas de la posguerra, que diera respuestas sencillas a sus preguntas y soluciones sencillas a sus problemas.
Seguimos andando por esta Alemania desconocida para muchos, entraremos ahora a una taberna de las calles de Munich, en una de las mesas se encuentran unos cuantos individuos con pocas aspiraciones políticas que al calor de un buen vino y una amena charla fundan el Partido Obrero Alemán, al cual se unió el hampón más grande de la historia: Adolf Hitler, con una brillante retórica rápidamente ocupó los puestos más importantes de dicha asociación.
Siguiendo el rumbo de la historia, arribamos a una celda de prisión donde un hombre de pie se halla dictando sus ambiciones e ideales, de su habla irradia veneno y del dictado su lucha, su pelea contra el sistema que lo envió a la cárcel después de un fallido golpe de estado.
Ahora inicia la cuenta regresiva; tres meses más tarde tomaba fuerza en la calle la más grande conspiración criminal de proporciones nacionales e internacionales: EL NAZISMO. Miles de obreros, mineros, campesinos, soldados, jóvenes, etc. Se volcaban en las calles fraternizados bajo un mismo ideal.
Hemos llegado a un punto en el que hay que reconocer que lo excepcional del movimiento radica en esta política de masas, que atrae al pueblo sobre hechos y necesidades, ¡increíblemente es una estrategia original y eficaz! Que forma parte de la propaganda nazi.